Los problemas son como las abejas: amenazan y son ruidosas, pero solo para producir miel.
Como el día sigue a la noche, la primavera al invierno, la felicidad viene después del dolor.
En el mar de la aflicción hay que ser como el corcho que se moja, pero jamás se hunde.
El Sufrimiento y la alegría son compañeros inseparables; aceptar esta verdad es sabiduría y madurez
La dicha es un bien cuya factura se paga por adelantado, es forma de dolores, lagrimas y caídas.
Todos tenemos contratiempos, pero solo los hijos de Dios los vencen y los usan para su propio beneficio.
Autor: Ricardo
Fuente: Blog Cachacero